Fue presentado junto a Mariano Rivera y Mike Mussina en una conferencia de prensa por motivo de su venidera exaltación al Salón de la Fama del Béisbol

 En su primer día completo como inmortales del béisbol, los nuevos integrantes de la Clase 2019 de Cooperstown aparecieron ante los medios, se pusieron las camisas de su nuevo equipo –el último de su vida-, se tomaron las consabidas fotos y brindaron sus primeras expresiones oficiales durante una rueda de prensa.

Pero para dos de ellos, el puertorriqueño Edgar Martínez y el panameño Mariano Rivera, la circunstancia cambió de tono cuando se enteraron que por primera vez en la historia, dos latinos eran elegidos a la misma vez. Ambos serán exaltados a Cooperstown el venidero fin de semana del 19 al 22 de julio. La ceremonia en específico será el domingo 21.

“Para mí tiene mucho significado eso. Es un orgullo y un honor ser incluido en el Salón de la Fama junto a Clemente, Cepeda, Roberto Alomar e Iván Rodríguez”, manifestó Martínez durante la rueda de prensa oficial del Salón de la Fama y de la Asociación de Escritores de Béisbol de Estados Unidos (BBWAA, por sus siglas en inglés) para presentar a los elegidos, la cual se celebró en Nueva York.

“Como puertorriqueño es un gran orgullo, y sé que el pueblo de Puerto Rico y todo el país está muy contento. Les digo que es un honor representar la Isla de Puerto Rico y les mando un saludo cariñoso”, agregó el doradeño, quien fue electo el martes con un 84.5% de los votos.

El panameño Rivera, que sigue a Rod Carew en el Salón y que se convirtió en el primer jugador en la historia en conseguir un 100% en la votación, también habló desde el corazón al referirse al tema.

“Eso significa mucho. Venir de un país tan pequeño, representando a mi bella Panamá y a Latinoamérica, y teniendo a los Clementes y los Marichales que estuvieron antes de nosotros y nos enseñaron cómo hacerlo (representar a su país) y dar lo mejor de uno es muy especial. Es muy especial. Es un honor representar a Panamá y a Latinoamérica”, dijo el extaponero de los Yankees.

Junto a ambos estuvo el exlanzador Mike Mussina, quien además fue electo con el 76.7%, así como la viuda y los hijos del fenecido lanzador Roy Halladay, electo póstumamente con 84.5%.

El encuentro entre los tres nuevos integrantes giró mayormente en torno al tema del dominio que Martínez, uno de los bateadores más temidos de su generación, tuvo excelentes números ofensivos ante los otros tres exaltados, todos lanzadores.

Ante una pregunta, el trío recordó las vicisitudes y buenos momentos que vivieron en las ligas menores y como esos los moldearon para desarrollar la carrera que tuvieron.

Rivera recordó que tras salir de una villa pesquera en Panamá, llamada Villa Caimito, y llegar a Estados Unidos sin conocer el idioma, se acostaba llorando todas las noches, porque no podía comunicarse fuera del terreno. Además recordó y dio gran crédito de su éxito al recién fenecido Mel Stottlemyre, quien lo ayudó a convertirse en el mejor cerrador de la historia de las Grandes Ligas.

Martínez, mientras, dijo que pasó por algo similar tras salir de Dorado, Puerto Rico, y llegar a Estados Unidos. Dijo que confrontó problemas en algunos años en las menores por el cambio de cultura, y que cuando fue subido a los Marineros, varias veces fue enviado a las menores porque no era consistente con su bateo.

Mussina, en momentos acompañados por Rivera, trató de explicar por qué Martínez tuvo tanto éxito ante tres lanzadores tan dominantes que hoy están en el Salón de la Fama. Contra Rivera, Martínez bateó .579, contra Halladay .444 y contra Mussina .307 con cinco jonrones y 17 RBI.

“El tipo (Edgar) para mí y para Mo era de los jugadores que pueden usar el terreno completo. Ellos cogen los que les damos. Él tenía esa hablidad de ver la bola tan bien, que nada importaba. Podía tirarle pitcheos distintos o cambiar el orden de los pitcheos y cuando eres un bateador tan bueno como él, el resultado era el mismo: un hit. A veces pensaba ‘se le voy a tirar por el mismo medio porque comoquiera me va a dar un hit, y si me pongo a tratar de combinar pitcheos para sacarlo me va dar un hit y me va a fustrar’. Así que a veces trataba de salir de él rápido tirándole por el medio con la esperanza que diera una línea dura hacia el guante de alguien en el cuadro”, manifestó Mussina.

Rivera bromeó que Martínez lo tenía que llevar a cenar porque gracias a él, su promedio había sido mucho mejor y le había permitido llegar al Salón de la Fama. Mussina, quien comenzó con los Orioles de Baltimore pero lanzó ocho campañas con los Yankees, también bromeó que le dejó juegos en ventaja a Mariano para que pudiera acumular parte de los 652 salvamentos que tuvo en su carrera, un récord.

“Así que nos vamos para Olive Garden. Comeremos italiano”, bromeó Mussina.